¿De dónde provienen los aportes al Banco?
A. M.: Los alimentos nos los donan las empresas productoras de alimentos, pero a veces también los que cultivan cítricos, verduras, o los que tienen un excedente de producción. Dentro del equipo del Banco hay un área que se llama Donantes de Alimentos que se dedica exclusivamente a buscar alimentos. Con las grandes empresas el vínculo ya está hecho pero permanentemente se están haciendo acciones para incorporar nuevos donantes. También hay otro equipo que se dedica a recaudar fondos en dinero y que puede ser a través de campañas con bases de datos, eventos, cenas de recaudación, etc., con lo que se busca dinero para financiar las operaciones. Otra cosa clave es la contribución monetaria que hacen los mismos beneficiados. Cada una de las organizaciones, cuando se lleva alimentos hace una contribución por kilo de alimentos, a un valor simbólico que también forma parte de nuestra financiación.

¿Quiénes son los destinatarios de los alimentos y en qué zonas?
M. G.: Son 24 partidos del conurbano, y 675 instituciones que dan de comer a 93.000 personas. Estas instituciones son regulares e incluyen un proceso detrás. Primeramente deben llenar un formulario de inscripción, tener personería jurídica o un aval; nosotros los visitamos para la incorporación, les explicamos el modelo; ellos tienen que tener ciertos recursos, tienen que venir a retirar los alimentos aquí de 9 a 13 hs. según un pedido que ya fue pactado previamente.
   
Alejandra Molina:
Justamente, una persona de EEUU, Stephen Camilli, viene con los manuales de procedimientos de este modelo de Banco de Alimentos y se analiza cómo replicarlo acá. Había cosas distintas, por supuesto, pero se tomó como base y se adaptó la idea. Nació un poco con la idea de caterings y fiestas donde se desperdiciaba una gran cantidad de alimentos que estaba en buenas condiciones. No se logró replicar con este ámbito la idea, pero sí, gente que tenía muchas vinculaciones comenzó a contactarse con empresas relacionadas con alimentos para que donara mercadería, y para que ese fuera el producto que nosotros como Banco pudiéramos ofrecer. Comenzamos en este mismo lugar, con gente que nos prestaba máquinas, todo con total solidaridad; después la institución tomó más forma, tuvo recursos propios y más solidez. Se arrancó con un equipo chico de trabajo, siempre como voluntarios. Hoy somos 32 personas rentadas pero tenemos un plantel de voluntarios enorme. Siempre considerando que la mezcla de perfiles distintos era fundamental. Las personas rentadas se necesitan para cosas técnicas puntuales que no se pueden hacer sólo con buena voluntad.