• A su vez  hay una creciente preocupación en el mercado por los peligros químicos, principalmente por el uso de sustancias que pueden presentar efectos en la salud del consumidor a largo plazo. Por eso cada vez hay mayor discusión técnica entre países, reflejada a nivel del Codex Alimentarius de la OMS sobre el uso de aditivos y sustancias químicas en la industria de alimentos y los sectores primarios, principalmente el campo. • Las empresas están más exigidas en la modernización de tecnologías para detectar patógenos a través de identificación molecular como PCR, y en adoptar técnicas analíticas más sensibles para detección de residuos químicos. • El tema tan controversial como es el de los Organismos Genéticamente Modificados OGM, así como la radiactividad, también está en la lupa bajo presión de entidades no gubernamentales  que cuestionan su uso y etiquetado. • Capacitación del personal: será necesario tener personal con un mayor entendimiento de conceptos referentes a ecología microbiana, epidemiología, persistencia, inactivación y crecimiento de patógenos, así como reservorios y ambientes favorables, entre otros.
			• Mayor presión y exigencia de las autoridades y de los mismos mercados para que se cumplan los requisitos de inocuidad alimentaria; tal es el caso de las exigencias para certificar GFSI  (Global Food Safety Inicitive) que viene difundiéndose intensamente en cursos y seminarios a nivel país. Esta exigencia es más fuerte para quienes están en el mercado internacional y quienes son proveedores de empresas trasnacionales y líderes en el mercado. • En cuanto al Sistema HACCP, tanto el Análisis de Peligros, la Evaluación del Riesgo o la Validación, ayudan a demostrar que fueron considerados todos los peligros potenciales y que la evaluación del riesgo viene respondiendo con efectividad a las medidas implementadas en los Planes HACCP en empresas alimentarias. • Los sistemas SSOPS o de sanitización son medidas que se exigen a nivel global desde fines de los 90 junto a los análisis de laboratorio para evitar contaminación cruzada de microorganismos, alérgenos, sustancias químicas y micotoxinas.