dictado fuertes recomendaciones a la industria. Los consumidores europeos deben tener la certeza que aún cuando sean utilizados sus datos personales, su privacidad no podrá ser violada ni siquiera en un contexto tecnológico en constante transformación. La Comisión quiere por lo tanto, que la tecnología RFID permita a los consumidores ejercitar un control sobre la seguridad de sus datos, lo que constituye el mejor modo para garantizar el éxito bajo el perfil económico. Se recuerda por eso, que la cuota de Europa sobre el mercado mundial de los chips inteligentes alcanzará el 35% en los próximos años”.

Los chips inteligentes o etiquetas de radio frecuencia pueden – y es lo que ya está sucediendo – tener un impacto enorme sobre las actividades de una empresa, sobre los servicios públicos y sobre los productos de consumo, yendo desde una mayor eficiencia del reciclaje o de los productos sanitarios hasta el menor tiempo empleado en los puestos de peaje o en la espera de los equipajes en los aeropuertos. Como es cierto que Europa está lista para estos cambios, la Comisión ha establecido los siguientes principios sobre la protección de la privacidad y de los datos personales cuando sean utilizados.