Otra forma que los supermercados encontraron para captar la atención del cliente ha sido proponiendo la compra de dos o tres artículos con un precio bonificado para cada unidad, señalando porcentajes de descuento en determinados sectores tal o cual día de la semana, o estableciendo días de descuentos a jubilados.

Por su parte los acuerdos entre proveedores y minoristas también se resolvieron mejorando precios, aumentando la cantidad del contenido de un envase, publicitando conjuntamente las promociones especiales, ofreciendo un producto gratis con la compra de otro, mientras que la colaboración entre comerciantes permite distribuir en algunos puntos de ventas cupones con descuentos de negocios de otros rubros, o cupones conocidos como “2 x 1” con los cuales en un cine, restaurante, etc. consumen dos personas y pagan por una.

Frente a todas estas posibilidades el consumidor ha planteado su nuevo juego.  Según un artículo del diario Clarín el consumidor argentino “tiende a hacer varias compras de desembolsos chicos en vez de una compra grande y periódica, para desvelo de los supermercados. La crisis lo ha convertido en un experto en sustituciones: de marcas caras por "sin marca", de paquetes chicos por otros mayores que bajan el precio

 

 

unitario, de categorías de productos por otras más básicas que le permiten salir del paso”. Según la Consultora Nielsen, “los argentinos se han vuelto expertos en analizar categorías de productos y en hacer sustituciones”.

Definitivamente, los consumidores hoy tratan de analizar todas las posibilidades tendientes a cuidar su propia economía y de aprovechar desde los planes de pago más cómodos hasta los beneficios de algún menú ejecutivo o de la entrada con descuento al espectáculo preferido.