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proceso de compra, pero también en el concepto de gratificación que pueden ofrecer las herramientas digitales de tipo multimedial y/o lúdico.
Difícilmente los canales puedan especializarse sólo sobre una de las principales macro-lógicas emergentes, por la simple razón de que esta focalización significaría la pérdida de cuotas demasiado importantes de público potencial.
Dado que cultivar al mismo tiempo y en máximo grado las principales exigencias de base representa un desafío muy grande, y dado que hay también relaciones distintas entre algunas de ellas, en particular entre la Eficiencia y las otras, parece más que probable que en el futuro para crecer y diferenciarse un operador de la distribución tendrá que hacer elecciones estratégicas sobre qué tipo de relaciones activar con el cliente y no sobre qué canal operar. 
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Dos de las más relevantes y frecuentemente surgidas de los diversos estudios analizados, son la lógica de la Eficiencia y la de la Experiencia. La primera impacta tanto en las políticas de precio y/o emoción como sobre la lógica temporal y cognitiva. El esfuerzo para algunos consumidores puede ser el traslado físico, aún con el automóvil, y en horarios pico. Pero para otros puede consistir en cambio, en el compromiso de tener que adquirir experiencia, en las referencias y en la confianza necesaria al utilizar una interfaz electrónica de compra. La segunda en cambio, impacta en la participación física en el |