Adrián Lombardo: Yo represento a Slam, una empresa dedicada al Marketing en general, donde trabajamos en reposición desde hace muchos años, y fuimos invitados para contar lo que vemos, lo que ocurre, desde nuestra tercera posición junto con el retail y el proveedor, y para hacer nuestro diagnóstico objetivo. El acto de reposición es un acto puntual y la acción clave del éxito de la gestión comercial, porque es el último eslabón de la cadena logística y si el producto no está en el estante de la góndola en el momento en que tiene que estar, y en la cantidad adecuada, va a ser imposible el momento de la verdad, que es el momento en el que el consumidor decide llevarlo. Para eso el repositor es clave.
Hoy la demanda es la que define qué es lo que los fabricantes deben producir, y ahí el retailer debe estar ofreciendo los productos de la mejor manera para satisfacer al consumidor.

La cadena desde su operación tiene un staff de repositores internos y un objetivo particular para administrar los productos y mejorar el rendimiento del punto de venta por metro cuadrado, priorizar los artículos de mayor rotación, y para controlar la amplitud de horario para satisfacer la demanda. Del lado del proveedor tenemos repositores externos y la necesidad de hacer un seguimiento para saber qué pasa con sus productos dentro de la cadena.

La cantidad de nuevos productos que ingresan a las cadenas para la venta diariamente hace que cada vez sea más difícil la satisfacción de reposición en todos los locales. Ahí aparecen las agencias como las vías de alguna solución, en algunos casos en forma de consultoras y en otros para tercerizar servicios. Esta gestión no propia exige inversiones no propias con management especializado para direccionar esos servicios.
Otra cosa a tener en cuenta es la dinámica propia de la gestión de reposición. Hay características que hacen que la experiencia sea compleja y no se pueda aprender en ningún lado. Hay variables que influyen en este tipo de trabajo y que hacen a la mayor o menor eficiencia, por ejemplo los traslados, cuando un repositor debe ir de un punto de venta a otro. Todos los pasos que debe hacer un repositor en su día de trabajo suman un tiempo que a veces dificulta la gestión.
Nosotros entendemos que de la combinación del cumplimento de los objetivos del retailer, del proveedor y de la gestión de reposición, depende el éxito y la eficiencia de la presencia en góndola. Si el consumidor se va satisfecho la gestión estuvo bien hecha, si no, faltó algo.