Pasaron ya 16 años desde que se abrió Dulzuras de Esquel, y a partir de 2006 comencé a gerenciar personalmente “la choco” como le decimos en familia.

A través de la provincia de Chubut accedí a la incorporación del Código de Barras a mis productos, lo que me facilitó la comercialización en pequeña y gran escala. El Código de Barras es una herramienta indispensable, de muy fácil utilización y que aporta grandes beneficios.

Además de trabajar con chocolate hemos incorporado hace unos años la fabricación de alfajores regionales, conitos y torta negra galesa. Hemos tenido la grata sorpresa de ganar el primer premio en la categoría de alfajores en Expo Suipacha durante tres años consecutivos. También nos presentamos en exposiciones internacionales con el fin de obtener conocimientos y relacionarnos con el resto del mundo.

Fue así que decidimos incorporarnos al Proyecto Chubut a partir del ofrecimiento de la Provincia y de la puesta en conocimiento a través de reuniones en mi localidad.

Comenzamos incorporando el Código de Barras impreso en el packaging, pero posteriormente adquirimos una impresora de Códigos de Barras que facilita su colocación en cualquier material que necesitemos. Nuestro deseo es estar preparados para la comercialización, y para ello contamos con los envases adecuados y las demás normas bromatológicas formales, ya que los productos deben mantener sus caracteres organolépticos inalterables.

Hoy estamos trabajando la idea de comercializar la línea de alfajores en tiendas de exquisiteces y supermercados, pero todavía no se nos dieron las condiciones con respecto a las cantidades de producción”.