decir las áreas bioproductivas (campos, bosques, etc.) disponibles para el hombre. De ello surge un cuadro de total duda ecológica con nuestro planeta: “En los años 60 el índice de biocapacidad era 0,4, hoy es de 1,4”, afirma Wackernagel. O dicho en otros términos, hoy se consumen los recursos de una Tierra y media. Pero según los escenarios más cautos en 2050 consumiremos 2,5 veces los recursos disponibles del planeta. Por lo tanto, dado que la biocapacidad está en rápida reducción en casi la totalidad de los países, para el fundador del Global Footprint Network, la idea de la impronta ecológica es el camino a recorrer para garantizar el desarrollo. Tanto es así que estados, bancos, entidades económicas han entendido que el camino de la impronta ecológica es un camino ventajoso para todos: Ecuador se está comprometiendo en anular su propio déficit ecológico para 2013, el banco suizo Sarasin ha elaborado un sistema de rating

 

 

de las obligaciones emitidas por los estados que toma en consideración el uso y la disponibilidad de los recursos que garanticen la deuda futura y en Australia se ha calculado que por cada metro cuadrado de espacio de ventas de un minorista general son necesarios 1.650 metros cuadrados de impronta ecológica.

“Es imposible proseguir nuestro recorrido no sostenible”, agrega Gianfranco Bologna, director científico del WWF Italia, “si no ponemos orden en nuestros grandes indicadores económicos, conjugando contabilidad económica y contabilidad ecológica”.

En el banco de los imputados, los combustibles fósiles y la industria de las carnes. Anticipando los datos del próximo Living Planet Report, con millones de personas que desean crecer en la cadena alimentaria, los 245 millones de toneladas de carne hoy consumidas se transformarán en 490 millones en 2050.

Y visto que hoy la crianza es responsable del 18% de las emisiones de gases contaminantes, no es difícil imaginar qué cosa significará. Lo explica Jeremy Rifkin: “Por cada grado centígrado de aumento de la temperatura, la atmósfera absorberá el 7% más de las precipitaciones con el resultado de mayor calor, más inundaciones y más sequía”.