pudimos tener acceso a una gran cantidad de datos que han sido recogidos directamente desde los sistemas de manejo de los POS de las 3 cadenas que participaron. A través de ellas accedimos al total de transacciones realizadas durante tres meses en diferentes locales, conociendo los porcentajes correspondientes a lecturas correctas contra el porcentaje de las cargas manuales realizadas por los cajeros.

¿Qué resultados se obtuvieron o se están obteniendo en esta oportunidad?

M. A.: Ambos estudios arrojaron resultados de más del 4% de códigos de barra ilegibles. El primero fue de 4,67% y el segundo de 4,97%. No habiendo transcurrido mucho tiempo entre uno y otro estudio, pocos proveedores han podido avanzar en la sustitución de los envases o en el recambio de los master de impresión. Creo que las mejoras se comenzarán a ver más adelante. Por otra parte, creo

 

 

 

 

 

que los supermercados deben trabajar para mejorar la calidad de impresión de sus productos de venta al peso, ya que un 8,7% del total de las etiquetas impresas internamente debió ser cargado en forma manual.

Esto habla de un bajo nivel de conocimiento acerca de los requerimientos que tienen los escáneres del POS con respecto a la legibilidad de los códigos de barras. Además, si bien en algunos casos puede tratarse de problemas de mantenimiento, en muchos casos las etiquetas son adheridas en forma errónea sobre los empaques.

¿Qué respuesta encuentran por parte de las cadenas cuando se abordan este tipo de estudios?

M. A.: Las cadenas se han mostrado preocupadas por los resultados encontrados debido a que las demoras que generan las cargas manuales de los códigos de barras pueden condicionar de manera negativa la percepción de calidad de atención de los clientes.