¿Y cuáles son los beneficios de la trazabilidad? Indudablemente, la seguridad garantizada por el grado de precisión de los controles. Hasta hace dos años era fácil que las cajas de medicamentos fueran robadas y revendidas. Ahora, y gracias a la trazabilidad, roban un vehículo y aparecen los productos tirados en un galpón porque nadie los quiere usar. Si bien se produce un daño económico, no se produce el daño humano porque el producto no se revende. Con estas palabras Alfredo Girelli graficó la realidad que comienza a vivirse a partir de la incorporación de estas nuevas medidas operativas que dificultan (aunque todavía no totalmente) los comportamientos delictivos.

La incorporación de los registros de trazabilidad fue el comienzo de una nueva etapa en la organización interna de Droguería META y en la definición de la necesidad de implementar RFID. Si bien como siempre ocurre dentro de una empresa, hubo análisis y planteos acerca de la conveniencia o no de hacer este tipo de inversión, una vez realizadas diferentes consultas y convencidos de que innovar con tecnología de avanzada era un paso importante, los directivos resolvieron trabajar en colaboración con FOBESA y utilizar RFID en diferentes procesos internos. Esto implicó desarrollar etiquetas, métodos y procedimientos para la identificación unívoca de cada producto.

 

 

Los principales objetivos que fundamentaron la implementación de RFID fueron: la necesidad de alcanzar un nivel cero de errores, la integración de todos los procesos logísticos, la optimización de los controles en todo el ciclo de los productos, la necesidad de aumentar la capacidad operativa, de facilitar las auditorías y los controles de inventario, y también la decisión de que META sea una compañía de vanguardia en cuanto a tecnología de logística se refiere.

La tarea específica de implementación del nuevo sistema se organizó en tres etapas. En la primera etapa se trabajó en el Centro de Distribución utilizando una escala de 5000 productos al mes, sobre un total de 120.000. Las pruebas comenzaron en enero de 2008 y se extendieron durante 6 meses, al final de los cuales ya tenían 30.000 productos censados. Se utilizó un inlay de tipo continente, pregrabado, con un equipamiento compuesto por 4 portales, una terminal de monitoreo RFID, y las alarmas que informaban las diferentes instancias del circuito. Se instaló también un portal para productos congelados.

 

 
 


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