esto a partir de nuevas tendencias creativas, del marketing, de la utilización de materiales sintéticos y atractivos, y del concepto de “lo descartable”.

En ese entorno se desarrollaron las cadenas de abastecimiento más diversas, se trabajó con base en la competencia y el margen de utilidad, y se implementó toda la tecnología conocida para acelerar cada proceso. El consumidor formó parte del juego, pero formado e informado dentro del boom de las comunicaciones, pronto tomó la delantera de la carrera y comenzó a plantear otras reglas.

 
crear riqueza y beneficiar a la sociedad mediante la creación de valor a largo plazo”. Y la creación del valor a largo plazo es una consigna que involucra también al productor agrícola, y al hombre que trabaja con las materias primas y con la tierra misma.
Para poder hablar de largo plazo hay que partir de un concepto conservacionista para el cual se han implementado en todo el mundo las Buenas Prácticas de Elaboración y de Producción. En nuestro país se habla también de
un protocolo de Buenas Prácticas Agrícolas que focaliza
 
Fue en ese momento cuando las cadenas debieron considerar que el servicio era un elemento distintivo capaz de fidelizar al cliente, y cuando se abocaron al desarrollo del ECR, la Respuesta Eficiente al Consumidor. Entonces, en vez de pensar en competir se apuntó a la colaboración entre empresas, a la coordinación de los esfuerzos, al uso de estándares, a medir y evaluar procesos y resultados y a estar con el producto en góndola en el momento preciso. Se trabajó para mejorar la logística, para el control de los inventarios y para la reducción de los costos.

Pero cuando todo este gran mecanismo se estaba consolidando, los problemas sociales y ambientales demandaron un nuevo giro en las políticas empresariales para las cuales al ECR debió sumarse el RSE: la Responsabilidad Social Empresaria.

Pablo Devoto, Director General de Nestlé Argentina, considera que la RSE “empieza afirmando la singular capacidad de las empresas para

 
la siembra directa como punto de partida para la preservación del suelo. Jill Clapperton, del Centro Lethbridge de Investigación en Agricultura y Agroalimentos de Canadá, opina que “cuando nos paramos sobre el suelo en realidad estamos parados sobre el techo de otro mundo”, y es a ese otro mundo al que gran parte de las empresas han comenzado a valorar en sus operaciones diarias a través de la RSE.


La RSE en marcha

“Cada uno de nosotros puede participar en la lucha contra el calentamiento global, por ejemplo, haciendo las compras con una bolsa de tela en vez de una bolsa plástica”. Con estas palabras Al Gore se manifestó en favor del cuidado del medioambiente, cuidado que ya está en marcha en muchos países y en algunos con la aplicación de sanciones a quienes no respeten las nuevas normas. Así, en Inglaterra para el 2009 dejarán de usarse

 

 
 

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