ámbitos que tienen una convocatoria muy importante. Las jornadas, ferias y exposiciones son en nuestros días un punto de encuentro y de negocios casi irreemplazable.

Organizar una jornada implica, señala Gabriel Piacenza, tener en claro el objetivo de su realización y partir de un tema base que será la “columna vertebral” sobre la que se desarrollarán las conferencias y disertaciones. Por otro lado, hay que tener en cuenta el target de público al que se apunta, para definir el lugar, la duración y los servicios que serán el marco del evento. Usualmente en las denominadas “jornadas” o ferias se destina un espacio con stands para que las empresas interesadas puedan ofrecer sus productos y/o servicios al público asistente, y frecuentemente este espacio permanece abierto durante las disertaciones, en los breaks y aún después de cerrado el ciclo de las conferencias. Una jornada con salón de exposición exige una mayor responsabilidad en la organización, ya que se debe planificar el balance adecuado para satisfacer a los visitantes, se debe estudiar el espacio general y el que se asigna a cada expositor, y se deben compatibilizar los presupuestos de inversión con los resultados finales esperados.

Resumiendo, la participación en eventos y su organización son estrategias de marketing que dejan un saldo positivo en el corto plazo, siempre y cuando se lleven a cabo después de una buena planificación, un profundo análisis de participación, una acertada difusión y una correcta distribución de los recursos, tanto económicos como humanos”.