Ahora bien, ¿cómo se maneja un centro de tal dimensión en un país extenso como es Brasil? La respuesta la da el profesor Wander Soares, director de Saraiva, que dice “El Código EAN fue el propulsor de nuestras inversiones en todo el proceso de modernización de la empresa; sin él no podríamos avanzar”.

Hace más de 10 años la editorial implementó el uso del código de barras en todos sus libros, porque entendió que era sumamente importante identificar electrónicamente la producción, tanto para el crecimiento interno como para beneficio de sus clientes. Lo que en un comienzo se entendió como una pérdida innecesaria de dinero, resultó luego un ahorro de tiempo, costos y errores.

En un segundo momento Saraiva implementó la automatización interna para alcanzar un sistema más ágil de atención a librerías. Con este sistema la editorial recibe los pedidos (vía telefónica, fax, e-mail o personalmente), analiza el histórico de compras y el límite de crédito del cliente y aprueba o no la venta en tan sólo unos minutos. El pedido ya aprobado, se transmite al centro de distribución correspondiente y llega no sólo con la identificación de los ejemplares sino también con la localización y la ubicación en los pallets. Esto les agiliza la individualización y separación del total del pedido al que sólo resta su empaquetado. El sistema emite finalmente una



 





etiqueta que actúa de espejo informativo aún de la documentación con que se despacha el envío a la parte transportadora.

“Con este sistema de automatización interna, conseguimos alcanzar una tasa de 100% de mercaderías entregadas en un máximo de 24 hs. Esto es muy importante porque no se puede perder una venta por atrasos en la entrega. Para nosotros significa un aumento en las ventas. No nos interesa tener el libro en el depósito, queremos que esté al alcance del consumidor”, finaliza Wander Soares.

En su afán de no detener la automatización ni su crecimiento empresarial Saraiva incorporó para su red de 14 filiales de todo Brasil, el sistema intranet, a través del cual controla el volumen de ventas de cada edición, para evaluar cuándo es necesario o no la consulta con los autores para la actualización de las reediciones.

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Salido de la editorial el libro tiene dos caminos para recorrer antes de llegar a manos del consumidor final: el lector. Tomando por uno de esos caminos podemos llegar a la librería, en este caso Librería Cultura, donde María Cecilia García Cares, Gerente de Tecnología de la Información, se ha ocupado de la automatización y modernización de la empresa.

Todo el proceso de automatización de la Librería Cultura está basado en el código de barras representado por un código EAN. El sistema se implementó hace 6 años con la creación de un departamento dedicado al estudio de soluciones para el sector librería. “Todos nuestros procedimientos, desde la recepción de mercaderías hasta el checkout, hoy están automatizados y no abrimos un puesto de trabajo sin invertir antes en una computadora para el futuro funcionario” explica María Cecilia. El objetivo principal de la
















 

 
       

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