La Mimosa de La Pampa

   
Quesería de La Pampa es una empresa familiar de General M. J. Campos, provincia de La Pampa, dedicada a la elaboración de quesos y dulce de leche. La historia que nos acercan referida a la marca La Mimosa tiene un carácter muy dulce y particular.


 

General M. J. Campos es una muy pequeña localidad del sur de la provincia de La Pampa, perteneciente al departamento Guatraché, que cuenta según el último censo con 935 habitantes. Esta población como tantas otras de la provincia, fue fundada en 1911 en tierras de un expedicionario del desierto, el General Manuel J. Campos, tierras que luego fueron compradas por la familia Otero y loteadas una vez tendida la red ferroviaria provincial. Desarrollada en plena llanura pampeana puede decirse que Gral. M. J. Campos es la mayor cuenca lechera de la zona y alimenta a varias fábricas de productos lácteos que elaboran quesos, crema y dulce de leche.  

Mariana Anahí Pelayo es propietaria de Quesería de La Pampa, una empresa familiar que hoy presentamos en una “dulce nota”.


¿Cómo nace Quesería de La Pampa?
Mariana A. Pelayo: Quesería de La Pampa nace en Gral. M. J. Campos con el nombre de Lactería de La Pampa, fundada por Cándido Osvaldo Pelayo, mi

  padre, que se dedicaba a la parte de comercialización y era el motor de la empresa por su visión de futuro y el ímpetu para el trabajo. En el año 1996 mi padre delega en mi hermana y en mí la empresa, a partir de lo cual mi hermana se queda con la planta de dulce de leche y yo con la de quesos. Al fallecer mi papá y pasado un tiempo, mi marido y yo compramos la planta de dulce de leche y comenzamos a trabajar como La Mimosa. Hoy podría decir que mi marido es el motor actual de la empresa.

¿Por qué La Mimosa?
M. A. P.: La Mimosa era el nombre de una vaca que mi padre quería mucho y que de algún modo hizo historia. La Mimosa en el año ’70 ganó el 1º Concurso Lechero de Gral. Campos, vivió 18 años y fue muy productora. Cuando ya estaba “viejita” pero aún continuaba con su actividad productora, mi padre para que pudiera alimentarse, dado que había comenzado con problemas en la dentadura, decidió ponerle dentadura postiza. De este modo La Mimosa permitió un ordeñe constante en los 3 últimos años de su vida.