Por lo tanto, dice Lucas R. Monte, Presidente de Jamison RFID, la empresa desarrolló una versión más pequeña: el mini-Hawk, que contiene un lector fijo Motorola Solutions FX7500, dos antenas de alta ganancia circularmente polarizadas y un Power sobre la conexión de Ethernet (PoE). El mini-Hawk que mide 23,5 por 12 por 2.5 pulgadas, puede leer etiquetas en un rango de hasta unos 12 metros y es lo suficientemente pequeño como para ser instalado en un área como una puerta, o montarse en un techo sin necesidad de una gran huella.

Las dos compañías que actualmente están probando el mini-Hawk, así como sus proveedores, han solicitado permanecer en el anonimato. El hospital, que se encuentra en América del Norte, ha instalado 250 portales mini-Hawk a lo largo de dos edificios en los que desea rastrear bombas de infusión y otros activos. El equipo está etiquetado con etiquetas de ultra alta frecuencia (UHF) RFID. Cuando esas etiquetas pasan a través del portal, el software del hospital puede identificar los elementos que se han mudado de un área a otra, creando así un inventario actualizado, indicando la ubicación de los equipos que enfermeras u otro personal puede buscar  manualmente durante mucho tiempo. El uso del mini-Hawk,

 

dice Lucas, permite al hospital instalar una solución mucho más económica que un sistema activo de localización (RTLS) que rastrea objetos en tiempo real usando etiquetas cargadas con baterías, en cualquier lugar dentro de las instalaciones.

Según Lucas, la Universidad está empleando 300 mini-Hawks en varios edificios separados situados fuera de Norteamérica. En este caso, la escuela está probando los portales lectores instalándolos en áreas a través de las cuales los estudiantes, profesores o el personal en general  pueden mover equipos prestados. Se espera concluir con ambos pilotos el próximo mes, tras lo cual los dos usuarios finales planean evaluar los resultados y determinar si deben implementar los portales en forma permanente.

Por Claire Swedberg
Fuente: RFID Journal