Cuarenta años después del nacimiento del Código de Barras GS1 es imposible pensar en una operación comercial que no se lleve a cabo con un proceso automático basado en un lenguaje único. Sin embargo, en 1974, cuando se escaneó por primera vez el Código de Barras impreso sobre un paquete de chicles en un supermercado de Ohio, tal vez no se dimensionó la revolución que se estaba produciendo. La identificación de productos con un código estándar permitió el desarrollo de un mercado global en el cual cada día se escanean más de cinco mil millones de artículos.

Poco tiempo después de la primera lectura de un Código de Barras, en 1977 en Bruselas, nació EAN (European Article Numbering Association), una Organización que incluía 12 Organizaciones Miembro de países europeos, y que se estableció como una asociación sin fines de lucro que lanzó el Sistema de Identificación GS1, para aumentar la eficiencia de las cadenas de abastecimiento involucradas en el sector de consumo minorista.

Diez años más tarde, en 1989, la importancia que cobraron los Códigos de Barras impusieron la necesidad de incluirlos en la

actividad logística y nace así el Código GS1-128, caracterizado por contar con Identificadores de Aplicación GS1 que permiten no sólo la identificación de los productos sino también una mayor cantidad de información sobre ellos. También en ese momento GS1 inicia el desarrollo del Intercambio Electrónico de Datos (EDI), primer paso para el eBusiness.

"GS1 ha tenido un rol fundamental en la formación del escenario del mercado mundial durante los últimos 40 años porque los líderes visionarios de la organización veían un enorme potencial en la colaboración en el área de estándares que posibilitaba el código de barras para toda la cadena de abastecimiento", expresó Miguel Lopera, Presidente y Gerente General de GS1, e indudablemente no se equivocó.

Durante la década de los noventa puede decirse que el Código de Barras GS1 se consolidó mundialmente y comenzó a desencadenar una sucesión de innovaciones que con el vertiginoso avance de la tecnología abrirían infinidad de caminos a los procesos empresariales.