Los profesionales de la salud y todos aquellos que de alguna manera se encuentran involucrados en la administración y el control del sector en los países más desarrollados, están cada vez más comprometidos con la responsabilidad que significa la vida de sus pacientes. De la mano de GS1 instituciones hospitalarias, laboratorios, droguerías, industrias vinculadas, etc., han adoptado códigos de barras y tecnología RFID para mejorar sus sistemas y garantizar una atención hasta ahora sin soluciones eficientes de seguridad.


 

 

desbordadas por la cantidad de casos diarios que deben atender y por el inmenso volumen de información que esos casos requieren, mientras que los profesionales deben actuar con total precisión basándose en historias clínicas transcriptas manualmente, o en fichas con antecedentes que se multiplican en archivos que crecen indefinidamente.

Esas mismas instituciones además, deben hacer frente a costos en permanente crecimiento que se originan en gastos administrativos, gastos operativos, aranceles médicos, salarios del personal de las diferentes áreas, mantenimiento general, mantenimiento propio de los equipamientos específicos, etc., pero por sobre todo deben hacer frente a los costos innecesarios que surgen por la falta de controles acertados del stock de los productos médicos a utilizarse, y por el desfasaje que se produce entre el tiempo empleado en cada tarea y la tarea en sí misma.   

 

   

La seguridad de un paciente se encuentra condicionada por muy distintos factores como por ejemplo errores en la administración de medicamentos durante períodos de internación, adulteraciones y falsificaciones de fármacos, problemas de esterilización de instrumental quirúrgico, falta de controles pos venta de equipos de diferente complejidad, falta de trazabilidad de los insumos utilizados en cirugías, etc. Por su parte, las instituciones prestadoras de servicios médicos se ven muchas veces