Un problema que puede ser solucionado por los mismos usuarios

En el año 2007, siempre con la consigna de brindar un servicio que permitiera alcanzar la máxima eficiencia en la cadena de abastecimiento y mejorar la atención al consumidor, se realizó un estudio conjuntamente con dos cadenas de supermercados, a través del cual se relevó una serie de productos de las góndolas con el solo interés de detectar aquellos que tenían códigos ilegibles.

Entre las causas más comunes que se encontraron en esa oportunidad, hubo códigos con errores de diseño. Los errores de diseño se deben generalmente, a una mala elección del programa ya que algunos si bien contemplan el diseño del código de barras, no pueden detectar los parámetros de impresión recomendados, sobre todo en su relación con los materiales sobre los cuales se hace la impresión.

 

 

 

 

 

Otros problemas detectados fueron el tamaño y la altura de los símbolos, los colores y contrastes utilizados, la ubicación en el packaging, y en el caso de los códigos impresos en etiquetas, se observaron defectos de impresión, de elección de las etiquetas o de las tintas que no soportaban la exposición a la humedad o a mucho tiempo bajo una luz directa, etc.

A fines de 2008 GS1 Argentina consideró oportuno realizar un nuevo estudio de calidad de lectura, esta vez en tres cadenas minoristas donde se trabajó durante tres meses en diferentes locales obteniendo resultados similares a los del estudio anterior. Teniendo en cuenta la proximidad de los dos estudios, creemos que seguramente aún no ha transcurrido el tiempo suficiente para que proveedores y cadenas puedan coordinar acciones y resolver el reemplazo total de los envases y presentaciones de los productos con problemas de una mala calidad de lectura de su codificación.