Cada producto que un consumidor lleva a su casa desde la góndola de un supermercado, el té, el café, la leche, la carne, el vino, por nombrar algunos, pasa por una serie de etapas de elaboración antes de arribar al último eslabón de la cadena de abastecimiento. En cada etapa ese comestible puede sufrir alteraciones debidas a diferentes causas: una intencionalidad encubierta, interrupciones en la cadena de frío, contaminación accidental con sustancias tóxicas, etc., pero en cada etapa la única garantía que puede preservar la seguridad de los consumidores y la confiabilidad en los productores es la trazabilidad. La trazabilidad propone: identificación precisa de todos los productos utilizados en la elaboración de un producto, registro de todos los pasos realizados, y comunicación rápida y clara en cada oportunidad en que sea necesario conocer un dato en particular. Sólo con estas tres premisas se puede actuar eficientemente ante cualquier anormalidad dentro de la cadena de producción y comercialización. Si tenemos en cuenta que en el actual sistema de producción y comercio global que involucra a todo el planeta muchas son las partes que intervienen y de orígenes muy diversos, es fácil admitir que la utilización de un sistema estándar para implementar la trazabilidad puede ser la vía más práctica y más confiable. Es por eso que GS1 ha desarrollado diferentes Guías de Trazabilidad que ayudan a optimizar la utilización de sus estándares aplicables tanto en unidades comerciales como en unidades logísticas, y que GS1 Argentina ha editado una guía básica identificada como Estándar Mundial de Trazabilidad, la cual aporta informaciones de carácter general. Cabe recordar además, que en nuestro Boletín En Línea N° 51, en un artículo acerca de la trazabilidad de la miel, se hizo mención a un curso dictado en nuestro país por Cord Lullman, especialista alemán de calidad de miel y trazabilidad. Durante su curso Lullman enfatizó la importancia de respetar el reglamento UE 178/2002 que en su artículo 18 dice que “los alimentos que son colocados en el mercado o que se deseen colocar en el mercado de la UE deberán estar

 

 

 

 
   

etiquetados o identificados en forma adecuada para facilitar la trazabilidad, a través de documentación relevante o información acorde a los requerimientos fundamentales de las previsiones más específicas”. Del mismo modo puntualizó que si bien este reglamento no especifica un sistema para realizar la identificación y registro de información, cuando se requieren grandes cantidades de datos un sistema codificado puede ser la vía ideal, especialmente aquel que incluye números de series, de lotes, datos individuales, etc. como es el sistema GS1.

El sistema GS1 de identificación y captura automática de datos facilita las tareas necesarias para que la trazabilidad se ponga en marcha y respalde eficientemente todos los productos que consumimos, especialmente aquellos que hacen largos viajes por el mundo para llegar hasta nosotros, y que combinan diferentes ingredientes para distinguir variedades y sabores que conformen las más exigentes preferencias.

 

 
 
 


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