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Sin ánimo de cargar culpas a ningún sector, nos vimos en la necesidad de analizar objetivamente que ese 13,8% de faltantes 2008 está distorsionado y no hubiese sido tal de haberse podido hacer los relevamientos de datos en un período diferente. No obstante, el estudio refleja que en esta oportunidad: un 38,5% de las causas de faltantes fueron responsabilidad de los proveedores que no se presentaron en tiempo y forma con los productos; un 20,6% fue responsabilidad de los locales que no tenían actualizado su inventario; un 17,3% correspondió a fallas internas de los repositores de los locales; un 12,4% se debió a problemas de entregas de los centros de distribución; y un 11,2% incluyó causas varias de menor incidencia cada una. Asimismo es importante destacar que el mayor porcentaje de faltantes (17,4%) fue de productos alimenticios, mientras que bebidas, productos del hogar y de higiene personal arrojaron un 14%, 8,8% y 9% respectivamente. Estos registros estarían corroborando la importancia del problema del campo en el período medido, que afectó principalmente a los productos del sector alimenticio. La respuesta final ante los faltantes de mercadería en góndola la tuvieron los consumidores que en las encuestas realizadas confirmaron que: en un 37,6% compran otro producto cuando |
no encuentran el deseado; en un 31,90% compran otra presentación o tamaño; en un 20,7% no compran ese día, y en un 9,8% tratan de conseguir el producto recurriendo a otro minorista. Sin lugar a dudas, un producto que no se encuentra en góndola en el momento justo determina una actitud del consumidor que perjudica tanto al minorista como al proveedor. Esta actitud significa pérdidas importantes de dinero y en algunos casos, un descrédito altamente peligroso. El estudio FMG 2008 ha finalizado, pero este debe ser sólo el comienzo de una gran tarea conjunta: el análisis profundo de las fallas y la búsqueda firme de la solución más eficiente.
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