hubo algunos problemas que se fueron subsanando, y hoy estamos bien. Sobre todo había un temor de pérdida de puestos de trabajo, y eso se notó de los dos lados, del lado nuestro y del lado del proveedor, porque a esa persona que iba a los 50 locales a buscar la Orden de Compra hubo que reubicarla.


¿Qué beneficios concretos obtuvieron cuando esto ya estuvo en marcha? ¿Cree que valió la pena el esfuerzo?

A.C. – El esfuerzo valió la pena porque hemos reducido el tiempo desde que hacemos el pedido hasta que el proveedor lo recibe, porque al proveedor hoy le estamos enviando los pedidos tres veces por día en base a las demandas de los locales, con lo cual el proveedor puede ir planificando su producción del día siguiente. Así el proveedor puede entregar más rápido y eso para nosotros también es importante porque si nos falta la mercadería perdemos.

Desde el punto de vista de la factura electrónica hay un tiempo notable medido en el proceso de recepción de la mercadería que bajó en un 50%, y en cuanto avance la implementación de EDI estamos seguros de que vamos a reducir los errores que se producen por la mala digitación de facturas que generan problemas en los pagos, reprocesos de los pagos y problemas en los stocks.


¿Hasta dónde pretenden avanzar o cuánto les falta todavía basados en la primera planificación que hicieron?

A.C. – Nos faltan pasos que nos fuimos planteando sobre la marcha. Nos falta alinear datos con los proveedores, sincronización. Ahí tenemos un deber pendiente y quizás tendríamos que haber empezado por ahí. Y otra cosa que no mencioné que se relaciona con nuestros países de riesgo inflacionario alto, es el tema de las listas de precios. Las listas de precios deberían viajar electrónicamente, porque es el mismo proceso. El proveedor genera una lista de precios, la emite y nosotros agarramos el papel y verificamos sobre el papel.
Tendríamos que hacerlo electrónicamente sobre todocon las inflaciones altas, porque


eso genera miles de listas de precios por día. Ahí creo que mejoraríamos algo hoy que no tenemos inflaciones de porcentajes tan graves y quedaríamos preparados para posibles períodos críticos.


Sí, tanto por problemas internos como externos...

A.C. – Por supuesto. Por ejemplo la suba del petróleo, la caída del dólar... Las cosas que tenemos que atacar son: la consolidación de la factura, la alineación de datos y después, las listas de precios.


En su presentación usted se refirió también a la importancia de los estándares para estas implementaciones en el ámbito de países que pueden ser importadores o exportadores.

A.C. – Tener estándares y a GS1 respaldando esos estándares nos parece muy importante porque el diálogo es con uno solo; ya no tenemos que dialogar con 900 proveedores. Por eso es importante GS1.


Porque permite comunicarse con un único lenguaje sin tener que recurrir a lo que sería “una traducción”.

A.C. – Exactamente, es hablar con uno solo. Ese es el gran valor de GS1 y sus estándares y por eso los grandes tenemos que apoyarlos y no poner “peros” antes de empezar a conocer los estándares pensando en que no son lo mejor.


Tal vez por miedo a los costos, a tener que hacer una inversión...

A.C. – Pero los estándares son un proyecto de bajo costo y bajo riesgo. Realmente, usando los estándares de GS1 no hay problemas de costos, los costos son “despreciables”. Tal vez
el tema pase por la difusión y por eso se hacen estos eventos, para explicar que esto no es caro, no es complicado, que está la oportunidad para hacerlo y que nos da una buena oportunidad de mejoras.
Creo que hay que aprovechar esto y apoyar a GS1 en estos
eventos.


 

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