A partir del año 2007, a la hora de hacer un viaje, cualquier pasajero que compra un billete aéreo recibe en lugar de los tradicionales cupones impresos en papel, un número de referencia que presenta en la ventanilla del aeropuerto junto con su DNI cuando hace su check in, y la empleada que lo atiende sólo corrobora en el sistema toda la información necesaria referida al punto de destino, número de asiento, datos del cliente, etc., y extiende la tarjeta de embarque. Es muy probable que ese mismo pasajero además, haya pagado electrónicamente el billete mediante la utilización de una tarjeta de débito o crédito, la misma que más tarde le permitirá pagar el hotel que ha reservado vía mail. Si esto es así, si las operaciones vía electrónica pueden llevarse a cabo con total normalidad en diferentes áreas socioeconómicas entre un cliente particular y una empresa, por qué no se implementan también entre empresas para agilizar las transacciones, para evitar pérdidas de tiempo y de esfuerzo, para reducir errores y para destinar el potencial humano a tareas verdaderamente productivas y comprometidas.

A través de los años, la automatización de procesos ha ido ganando la confianza de los empresarios y se ha ido imponiendo a los viejos sistemas manuales o mecánicos de operación; toca ahora a la transmisión electrónica de información correr la misma suerte porque son los consumidores quienes ya se han adaptado a su utilización y quienes exigen siempre mejores servicios y respuestas empresarias.
El ciclo comercial de la cadenade abastecimiento cuenta con