medidas que las protejan y les garanticen los productos que compran. Nacen así reglamentaciones y medidas que se extienden a todo el planeta y devienen en lo que se conoce con el nombre de trazabilidad. Hoy sería redundante contarle a un empresario qué es la trazabilidad; baste con decirle que es el registro de “la historia de vida” de un producto desde el origen hasta su llegada a manos del consumidor, incluyendo a su paso el registro de la “historia de vida” de todos sus componentes. Es fácil observar a partir de este concepto, que la trazabilidad se desarrolla desde un punto como una red dentro de la cual se entretejen “historias” y datos de diverso tipo, para protección de quienes integran con responsabilidad la Cadena de Abastecimiento, así como también para todos sus clientes. Pero ¿qué pasa con la magnitud de información que es necesario registrar en cada caso? Y además ¿hay forma de facilitar la tarea y asegurar la veracidad de los datos y su rápida relectura? Antes de responder a estas preguntas cabe recordar la importancia de la trazabilidad. La trazabilidad:
Y para implementarla con toda la información necesaria, de modo simple, sin probabilidad de errores y con una rápida respuesta a la hora de la captura de datos, nada mejor que la automatización
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y la utilización de estándares. Los estándares permiten el empleo de un mismo y único lenguaje con un espectro de aplicaciones que incluye controles de materias primas, seguimientos de lotes de producción, identificación de localizaciones, administración de inventarios, etc.
La empresa Mattel estimó en un momento en casi 30 millones de dólares las pérdidas sufridas por el recall de sus juguetes del mercado mundial, pero se calcula que la cifra puede ser muy superior. Y lo que tal vez sea irrecuperable en cifras también considerables es la confianza de las familias que elegían esa marca para los juguetes de sus hijos. Si bien todas las empresas desarrollan campañas publicitarias para hacer frente a las “tempestades” que se desatan después de un recall y cuentan además con seguros que pueden recuperar una parte de las pérdidas, nada las sostiene totalmente ante una caída de imagen. La reacción
de una compañía ante un problema detectado en un producto
debe ser inmediata, y la trazabilidad es la herramienta que facilita
tal reacción. Si además la trazabilidad se administra
con estándares y con la captura automática de datos, los
tiempos de rastreo de datos se acortan, los riesgos disminuyen, y en
consecuencia disminuyen también las pérdidas. La trazabilidad
permite que las fallas se detecten aún antes de que un lote de
producción entre al mercado y llegue a manos del consumidor y
esto indudablemente salvaguarda la reputación de la trayectoria
que todos los empresarios quieren preservar. |
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