Frente a consumidores cada vez más exigentes, los minoristas buscan caminos que les permitan mantenerse en la línea de sus mejores competidores. Así mientras unos apuntan a ventas masivas que priorizan el número de clientes, otros ofrecen la atención personalizada como modelo diferenciador. Pero en ambos casos la automatización de las operaciones y la adopción de las variables que ofrece la tecnología son la clave para un trabajo eficiente y para mejorar la rentabilidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Nadie duda de que proveedores y minoristas se encuentran hoy inmersos en la era del consumidor. Para ganar clientes, unos y otros trabajan permanentemente sobre estrategias que les permitan mejorar las ofertas y brindar siempre el mejor servicio, y ante esta realidad y sea cual fuere el modelo elegido, la tecnología y la automatización les allanan gran parte del camino.

Cuando hablamos de ventas minoristas, dos modelos son los que centralizan la mayoría de las operaciones que se realizan en los mercados del consumo masivo: el modelo de ventas masivas y el modelo de ventas personalizadas.

En el primer modelo, el de ventas masivas, los minoristas apuntan su estrategia al público en general, sin hacer hincapié en las particularidades o preferencias de cada consumidor. Así, por el punto de ventas pasan clientes atraídos por la variedad de los rubros que se comercializan, por los precios, o por la comodidad y agilidad del servicio;pero el retailer al cerrar cada operación no enfatiza la posibilidad de que ese cliente vuelva. La publicidad en consecuencia, se ofrece en forma generalizada, y muchas veces las promociones destacan
vlas ventas estacionales y

 

 

 

las ofertas diarias, con lo que se tiende sólo a despertar una convocatoria creciente numéricamente tanto de operaciones como de ingresos.

En el segundo modelo, el de ventas personalizadas, la estrategia se basa en retener al cliente conociéndolo, armando una base de datos que lo identifique, y generando ofertas y promociones dirigidas a sus hábitos o intereses de compras.Aquí lo que se procura es establecer un vínculo de comunicación permanente entre retailer y consumidor.

A decir verdad, los dos modelos son perfectamente aptos para su adopción tanto si se habla de una gran cadena comercial, de una PyME o de un emprendimiento familiar, y

   
 
 

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