según el promedio de operaciones que la empresa realice habitualmente. Para que esto ocurra, indudablemente, cada toma de inventario, cada cálculo posterior, debe ser hecho con precisión y sin errores.

Asimismo, según las necesidades propias de cada empresa (empresa productora, minorista, distribuidora, grande o pequeña), los inventarios pueden ser: iniciales, finales, permanentes, cíclicos, estacionales, por rubros, sectores, etc., porque cada uno de ellos va a dar cuenta de los niveles de stock en un momento particular y va a servir como herramienta para medir a futuro qué decisiones deberán ser tomadas, qué compras deberán efectuarse o qué resultados se obtuvieron.

Con el correr del tiempo y con el crecimiento vertiginoso de la industria y el comercio hacia finales del siglo XX, la atención y la organización de los inventarios ya no fueron suficientes; hizo falta algo más que sólo pudo brindar la tecnología. Empresas que contaron con extensas superficies, con plantas en diferentes localidades, con miles de personas trabajando y con una cantidad de productos comercializados capaz de abastecer a millones de habitantes, debieron recurrir a los sistemas más ágiles y más novedosos para no perder el control de su dirección y sus objetivos.

Pero volvamos a hacer un poco de historia.

En el sector de consumo masivo, antes de la implementación del código de barras, las empresas de retail se manejaban en su línea de cajas con máquinas registradoras en las cuales las cajeras cargaban el precio de los productos vendidos adjudicándolos al sector o departamento al cual pertenecían. Los resultados de los registros diarios reflejaban datos

 

 

 

 

por departamentos pero no se tenía idea de los productos vendidos y en consecuencia toda la administración del negocio se hacía en base a números que no eran muy precisos. Teniendo en cuenta además, que los sistemas informáticos no eran los mismos de hoy, es fácil pensar en la complejidad y la lentitud de los procesos de control que se realizaban.

Por su parte, la toma de inventarios antes del código de barras, se hacía en base a períodos previamente establecidos, y prácticamente tenía una finalidad contable o de revalorización de stock. El inventario físico comprendía varias etapas: en primer lugar se trabajaba durante algunos días preparando planillas para el registro de datos. Seguidamente se hacía el recuento de la mercadería en el local del supermercado y en su trastienda, tarea que implicaba por un lado trabajar en los horarios en que no se abrían las puertas al público, y por otro, contar con un importante número de personas. A continuación, la información recopilada en los listados se ingresaba en forma manual por medio de un data entry al sistema informático, para pasar recién entonces a la etapa de procesamiento y llegar así a la obtención del resultado final. La duración















 
 
 
     
 

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