La Juvenil es una empresa familiar que comenzó hace 55 años con una sola fábrica de pastas, de mano de su fundador Gerardo Bermúdez. Poco a poco se fueron sumando otras fábricas de pastas, siempre bajo la forma familiar con hermanas y cuñados de Bermúdez, hasta hoy que cuentan con 21 locales.
Con el tiempo y el crecimiento los clientes comentaban que las pastas de una sucursal eran diferentes a las de otras, y eso dio lugar a la idea de hacer una fábrica que unificara la cocina y que produjera una base de los rellenos a distribuirse entre los locales para no dar lugar a cambios de sabores. Así nació Pastas Factory en el año ’94, con 15 empleados que llegaron de todas las sucursales.
Pablo Romero, Director de Pastas Factory, cuenta en esta nota cómo surgió la idea de implementar estándares GS1 para hacer trazabilidad y mejorar la eficiencia de sus procesos.
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¿Cómo es un día tipo de trabajo en La Juvenil y en Pastas Factory?
Pablo Romero: El día en La Juvenil es muy particular porque tiene dos instancias, la venta al público y una parte de la producción; cuando se creó Pastas Factory la idea fue simplificar estas tareas y dejar para los locales sólo la venta. En Pastas Factory las tareas se fueron haciendo más complejas con el crecimiento y con la incorporación de clientes diversos como Mondo Spaghetti que pertenece a La Juvenil pero vendiendo la pasta cocida en pequeños restaurantes como el de Av. Cabildo y cuatro en shoppings. También producimos una pasta cocinada y congelada que le vendemos a Shell y que ellos a su vez venden en las estaciones de servicio, y vendemos a Jumbo con la marca Jumbo. Por último vendemos a puntos de gastronomía, a servicios de catering, etc. Para todo esto tenemos las tareas divididas en sectores de producción: un sector de verdulería donde se limpian las verduras, un sector de cocinas donde se preparan los rellenos, un sector de salsas, un sector de tapas de empanadas, y cada uno de los sectores tiene un horario diferente para organizar el espacio de producción. En algunos sectores se produce por stock por ejemplo en el caso de congelados, pero en otros se diseñó el manejo por sistema donde figura cuántos productos hay que hacer en base a lo que fue pedido, y eso es lo que se produce. Este sistema lo organizamos con los aportes de GS1, de la gente de Bizerba y de Microsoft. Hay gente encargada de recibir los pedidos que se van cargando y automáticamente esto aparece en el sector de producción y en el de expedición. |
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¿Cómo manejan sus sucursales siendo que elaboran productos perecederos?
P. R.: Desde aquí nosotros sólo abastecemos a las sucursales que son las que hacen los pedidos en base a su nivel de comercialización. No tenemos desde aquí un sistema para ver lo que vende cada sucursal todavía, si bien al implementar los cambios en Pastas Factory pudimos organizar en profundidad las tareas de los distintos sectores. Lo que sí pudimos lograr respecto a las sucursales es la organización de los pedidos vía mail para luego a partir de su recepción dar curso a todos los procesos hasta el despacho. |
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¿Qué los llevó a la idea de utilizar estándares GS1 dentro de sus procesos?
P. R.: Todo comenzó a partir de que recibí un mail de GS1 que me preguntaba: Ud. hace trazabilidad en su negocio? Nosotros estamos inscriptos en GS1 desde hace años porque somos proveedores de Jumbo y siempre recibimos mails donde nos comunican capacitaciones, y un día apareció el de la pregunta sobre la trazabilidad. Esto me movió porque yo hacía mucho tiempo que quería hacer trazabilidad pero no sabía cómo hacerlo, me contacté enseguida y comenzamos a trabajar. |
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En qué etapa están de la implementación y qué beneficios ya experimentaron?
P. R.: Los beneficios que obtuvimos son un montón; ordenamos desde la toma de pedidos hasta la carga de los camiones, todo gracias al sistema GS1. La etapa en que estamos es la de poder tener los costos de la empresa pero para eso necesito que todo el mundo todos los días me cargue todo. Para comenzar las tareas todo tiene que ser pesado para poder ser etiquetado, pero en el caso de la harina que viene a granel y que se pasa directamente a la amasadora no es fácil porque no se pesa lo que se usa. Ahí tendríamos que modificar el sistema de trabajo. Lo mismo sucede con otras materias primas que tenemos que ver cómo cargarlas al sistema para poder hacer costos todos los días. Hoy todo lo que se ingresa se etiqueta pero nos queda por ver si aquellos productos que nos llegan como materias primas y que vienen con un código de identificación, se corresponden con los estándares y nuestro sistema los identifica. Por otra parte, el cambio que experimentamos en los despachos a los locales es de un 100%. Antes, al trabajar en forma manual hacíamos una facturación que se modificaba con la carga y que no se sabía cómo llegaba a destino. Había todo tipo de errores. Ahora todo lo que se cargó llegó y todo lo que se cargó se recibió. Y nada sale sin factura. |
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¿Cómo fue el cambio para la gente que trabaja?
P. R.: El cambio fue total por el orden que se alcanzó. Ahora se pueden buscar errores porque todo está registrado, y las tareas están organizadas hasta en los horarios de realización de cada una. Por otra parte en su momento llevamos a todo el personal a GS1 y eso los hizo sentir parte del cambio. |
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