TRAZABILIDAD
Sistema de Trazabilidad de Fitosanitarios de SENASA:
Un beneficio para el consumidor


por CIAFA (Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos)
 
  La exigencia del mercado nos lleva a parafrasear el conocido lema “el consumidor siempre tiene la razón”, quizás una de las verdades reveladas que sirven de guía tanto para los alimentos como para su regulación.
 

Es esta búsqueda del consumidor de una mayor seguridad sobre los productos que consume lo que genera cambios en los sistemas de producción. Se busca en definitiva la Inocuidad alimentaria entendida esta como el aseguramiento de la calidad de los alimentos que se consumen.

Se entiende entonces porqué existe una creciente exigencia acerca del uso de fitosanitarios. Estos requieren de análisis y estudios que en el contexto internacional y dentro del Marco del Codex Alimentarius, lleva adelante un comité de expertos (JMPR) de la FAO/OMS que se encarga de examinar los datos toxicológicos y  establece las ingestas diarias admisibles (IDA) y las dosis de referencia agudas (DRA); examina también el uso de los fitosanitarios (BPA), el destino en el medio ambiente, el metabolismo en los animales de granja y los cultivos, los métodos de análisis de residuos y los ensayos supervisados en cultivos entre otras cuestiones.

Uno de los aspectos fundamentales de la búsqueda de la inocuidad del alimento es a partir del Límite Máximo de Residuos, entendido este como la máxima cantidad permitida de una sustancia en o sobre el producto a consumir. En el ámbito nacional esto es competencia de SENASA, que después de ensayos regulados y evaluaciones exhaustivas, determina la cantidad máxima que se puede tolerar de un plaguicida en un alimento de modo que no produzca ningún daño a la salud de quien lo consume. Estos productos por otro lado ya han cumplido una serie de etapas previas para su aprobación y registro ante SENASA.

El establecimiento de un LMR se basa en tres aspectos fundamentales: la práctica agrícola con la cual se utiliza el plaguicida (denominada Buena Práctica Agrícola –BPA-); la toxicidad del plaguicida que indica el peligro; y la ingesta o dieta por parte del consumidor de un alimento que puede contener residuo del plaguicida, lo que determina el grado de exposición de un consumidor a ese plaguicida. Las buenas prácticas agrícolas (BPA) nacionales se refieren a los usos inocuos  autorizados a nivel nacional de un fitosanitario bajo condiciones reales necesarias para el  control eficiente de las plagas.

La implementación del sistema de trazabilidad para productos fitosanitarios representa un claro aporte a las BPA y, en última instancia, redunda en un beneficio para el consumidor siendo un claro aporte al aseguramiento de la inocuidad alimentaria. Es importante tener en cuenta las características productivas diversas de nuestro país, tanto por la extensión como por los diferentes alimentos producidos. Es por esto que la incorporación de este sistema permitirá al SENASA:

  • Tener un conocimiento integral del entramado productivo.
  • Mejorar los sistemas de vigilancia con capacidad de prevenir situaciones de emergencia sanitaria.
  • Realizar proyecciones y programas estratégicos a futuro.
  • Evitar adulteraciones de productos.
  • En definitiva, cuidar la salud del consumidor.

Es evidente que los alcances de este sistema novedoso a nivel mundial para el sector de los fitosanitarios brindarán una herramienta al organismo que redundará en beneficios tanto para el sector público como privado.

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