Cuando un código no se lee

   

La no lectura de un código de barras puede deberse a diferentes factores, pero sea cual fuere el factor, siempre será causa de pérdidas de costos y de tiempo en perjuicio de productores, comerciantes y consumidores.


  Cuando un código de barras no se lee o se lee con dificultad en un POS (punto de ventas), la captura de datos no se produce en forma automática como debiera, y para cumplir con el proceso en curso deben introducirse uno a uno los dígitos de ese código en forma manual. Esta operación, además de ser tediosa para quien la realiza y molesta para quien espera el resultado, puede dar lugar a errores y a un ir y venir de intentos que significan una pérdida de tiempo innecesaria.

En algunos países ya se han realizado estudios para evaluar el nivel de pérdidas que genera en el mundo del comercio minorista la mala legibilidad de los códigos, y las cifras son por demás de importantes. Los resultados obtenidos están dando lugar a diferentes acciones pero sobre todo, a la toma de conciencia de la importancia de respetar las recomendaciones del Sistema Estándar GS1 a través de las Especificaciones Generales y del Manual de Usuario.


 

Entre las recomendaciones más importantes de GS1 a la hora de una buena calidad de lectura podemos mencionar:

Tamaño: el tamaño del código no puede elegirse en forma arbitraria para adaptarlo a un espacio determinado. Hay medidas establecidas que no deben alterarse.

Zonas mudas: hay márgenes claros delante de la primera barra y detrás de la última que deberán respetarse. El tamaño de las zonas mudas varía según el tipo y tamaño del código. Cualquier impresión dentro de las zonas mudas puede impedir la lectura del símbolo.

Colores y contrastes: este es un tema fundamental para una buena lectura, y si bien la mayoría de las impresiones son en blanco y negro (colores ideales), existe la posibilidad de otras opciones que no pueden ser elegidas al azar.