Hace 27 años GS1 Argentina iniciaba la difusión del código de barras y con él una verdadera revolución en el sector del comercio minorista.

Primero fueron las cadenas de supermercados las interesadas en adoptar este sistema que les permitía la captura automática de datos y con ella, una nueva dinámica en los procesos administrativos y de servicio al consumidor. A las cadenas se sumaron con el correr del tiempo, distintos minoristas que entendieron que había nacido un lenguaje de negocios que se abría como una puerta al futuro y que se perfilaba como algo más que un código de lectura en un punto de ventas.

Después llegó el código electrónico de producto – epc – de la mano de la radiofrecuencia, que si bien en un primer momento dio lugar a dudas y temores, pronto demostró su capacidad de adaptarse a sectores y actividades donde su implementación equivalía a la máxima eficiencia.

Y del mismo modo un día se sumó una nueva simbología, DataMatrix, el código bidimensional que permite una identificación esencial por ejemplo en el sector del cuidado de la salud. Este código puede identificar hasta el más pequeño producto y portar una gran cantidad de información fundamental para toda la cadena de valor.
Sobre la base de estos códigos y este sistema global único GS1 Argentina ha trabajado incansablemente durante 27 años que hoy se han consolidado en el Programa Matrix de Factura Electrónica, en el Sistema Nacional de Trazabilidad de Medicamentos, y en 10 años cumplidos del Estudio de Faltantes de Mercadería en Góndola.

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