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Las medialunas con un café son casi un ritual para los argentinos a cualquier hora del día; a la hora del desayuno, a media mañana, a la hora de la merienda. De manteca o de grasa, más grandes o más pequeñas, hay quienes las asocian a las croissants francesas; sin embargo parece que su origen es austríaco y se remonta a 330 años atrás, cuando los turcos sitiaban Viena. Se dice que los panaderos que trabajaban desde la media noche alertaron del avance turco, y tras un reconocimiento del emperador crearon un tipo de pan con la forma del emblema que los otomanos llevaban en sus estandartes.
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