La centolla ya era conocida y degustada por la población indígena de Tierra del Fuego cuando llegó el hombre blanco, y hoy se considera uno de los platos más codiciados de la isla. Dado el éxito gastronómico de la centolla, se ha establecido una veda para su pesca que va de octubre a diciembre al solo efecto de proteger la especie. En cuanto a sus propiedades podemos decir que este crustáceo es rico en yodo y proteínas, y muy recomendable por su bajo nivel de colesterol.
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