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Junio 2015 . Edición 102
 
Contenidos de esta edición:
 

 

15º Estudio de Faltantes de Mercadería
en Góndola

Sostenido trabajo por la Trazabilidad en el Sector Salud

Ley antidesperdicio de alimentos
  Nueva aplicación de Estándares GS1 para la visibilidad en trenes de carga
Utilización de Códigos de Barras para Trazabilidad de vacunas
Breves
 
 
Consumo Masivo
  Ley antidesperdicio de alimentos  
 
  En Francia se ha dictado una ley por la cual los supermercados de más de 400 metros cuadrados no podrán tirar productos alimentarios próximos a vencer o con problemas que impidan su venta; en caso de no cumplimiento sufrirán multas de hasta 75.000 euros o penas de prisión de hasta dos años.

 
 
     
 

El mundo actual se divide en dos partes: una donde las poblaciones no tienen qué comer y otra donde tanto las cadenas de suministro como los consumidores tiran toneladas de alimentos al año.

En Europa el promedio de productos comestibles que se desperdician por año asciende a unos 179 kilos por persona, lo cual significa unos 89 millones de toneladas. En primer lugar se ubica Alemania con 10,3 millones de toneladas, le sigue Holanda con 9,4 millones de toneladas, Francia con 9, Polonia con 8,9, Italia con 8,7 y España con 7,7 millones de toneladas.

Las cifras son verdaderamente alarmantes y se considera que toda la cadena alimentaria es responsable de esta situación, dentro de la cual los particulares juegan un rol bastante importante.
 
Según un informe del Parlamento Europeo los productores y la industria agroalimentaria pierden el 39% de los alimentos frente al 42% que se pierde dentro de las familias de consumidores.

Ante esta realidad, el año pasado un grupo de parlamentarios franceses presentó una propuesta para luchar contra el desperdicio de alimentos, solicitando que los supermercados y las grandes superficies (de más de 400 metros cuadrados) acordasen con bancos de alimentos y organizaciones benéficas para donar todo aquello que es apto para su consumo y no puede ser vendido en la forma habitual. La misma propuesta determinaba que no se debía aceptar la comercialización de dichos productos con precios promocionales, tal como se hacía generalmente para acelerar su rotación.

Con esta medida el gobierno francés apunta a reducir en un 50% la pérdida de alimentos hasta 2025, para lo cual otro punto importante que contempla la ley será la educación a través de las escuelas. Tras obtener el apoyo unánime de la Asamblea Nacional, la medida propuesta por Guillaume Garot entrará en vigencia a partir del 1º de julio de 2016.

Las empresas que no cumplan con la firma de contratos con organizaciones humanitarias para la donación de alimentos antes de junio de 2016, serán consideradas responsables de enfrentar multas de 75.000 euros o penas de prisión de hasta dos años.

Por su parte y dado que el tema preocupa a todo el continente, en España, José María Rubio, presidente de FEHR – Federación Española de Hostelería y Restauración – considera que habría que llegar a todos los niveles donde se desperdician alimentos. Al respecto dice: “Deberíamos ser capaces de inculcar al sector que no se debe tirar comida y que la frase de que hay mucha gente pasando hambre no se quede en un decir”. “Primero desde el punto de vista ético, porque hay mucha gente que no tiene para comer; segundo, porque en dos décadas se ha duplicado el volumen de desperdicios y hay que ser socialmente responsables con el medio ambiente; y tercero, por razones económicas. El sector pierde en alimentos mal aprovechados 255 millones de euros al año”.

Cabe agregar que en la actualidad hay mucha gente que vive sola y que a la hora de comprar en los supermercados se encuentra con envases con cantidades grandes de contenido. Esto sumado a la corta vida útil de algunos productos o al precio que no es equitativo con la cantidad ofrecida, lleva a los consumidores al desperdicio y al gasto innecesario.  “Hay que poner en valor el papel del envase”, dice Paloma Sánchez Pello, directora del departamento de medio ambiente de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB). “Es fundamental para que el consumidor compre la cantidad correcta”.

Finalmente, en cuanto a la fecha de consumo preferente o de vencimiento, las indicaciones no son a veces muy claras, no están  muy visibles o no son bien comprendidas. Para mejorar también este aspecto que lleva indudablemente al desperdicio por parte de los consumidores, la Comisión Europea está considerando la posibilidad de un doble etiquetado que indique cada una de las fechas por separado.  

 
 
 
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